Analisis Horizon Zero Dawn
Horizon: Zero Dawn nos traslada a un mundo apocalíptico en el que los humanos viven en un estado primitivo cohabitando con máquinas que mimetizan diferentes animales, desde cocodrilos hasta temibles dinosaurios de gran tamaño.
Para acabarlo de rematar todavía colean en el ambiente las secuelas de una guerra civil entre las tribus y una extraña corrupción que está haciendo que las máquinas se muestren cada vez más agresivas, desequilibrando un frágil ecosistema ya de por si suficientemente azaroso.
La trama se compone de dos narrativas interconectadas; por un lado el viaje de la protagonista, Aloy, para descubrir sus orígenes y su lugar en la tribu Nora, y por el otro un interesante y elaborado relato de ciencia-ficción sobre cómo se hundió la anterior civilización y surgió este nuevo mundo, mitad salvaje, mitad mecánico.
La aventura principal puede completarse más o menos en unas veinticinco horas, pero es más probable que os vayáis a las cuarenta o cuarenta y cinco explorando el mundo y completando las misiones y numerosas actividades secundarias.
Aunque la acción es directa y está muy bien desarrollada, siendo uno de los componentes mejor resueltos, Horizon bebe también mucho del RPG.
Hay niveles de experiencia (el tope está en cincuenta), un árbol con tres ramas de habilidades desbloqueables, un completo sistema de inventario, la posibilidad de aplicar modificadores al equipo, trajes que optimizan factores como el sigilo o la resistencia a daños elementales, mejoras en las bolsas donde almacenamos materiales, y una importancia vital en las mecánicas de looteo y crafting.
Esto último es una constante a lo largo de la aventura, siendo necesario recoger hierbas curativas y materia prima para fabricar munición, trampas o pociones. El proceso podría haber resultado tedioso, pero el sistema de gestión y una interfaz de acceso rápido hacen que no se inmiscuya en la partida. Otros desarrolladores deberían aprender del trabajo de los holandeses en este aspecto.
Horizon: Zero Dawn es uno de esos títulos exclusivos que dan lustre al catálogo de una consola, una aventura larga y entretenida que todo usuario de PlayStation 4 debería probar.
Con él Guerrilla Games ha demostrado haber madurado como estudio, y también ha acabado de un plumazo con cualquier duda que pudiese haber sobre su enorme talento o su capacidad en áreas como la narrativa o el diseño jugable.
Es un paso de gigante para los creadores de Killzone, que anteriormente habían demostrado su habilidad en lo técnico y en la creación de ambientaciones atractivas, y uno de los juegos que, sin lugar a dudas, en diciembre entrará en todas las quinielas a la hora de elegir los mejores títulos de un 2017 que acaba de empezar, pero que ya nos está regalando no pocas alegrías. Y las que quedan...
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